PROGRAMA
MUJERES
"Tenemos electricidad,
agua de pozo y guardas de seguridad durante la noche que vigilan el barrio.
Nuestra vida va mejorando
poco a poco."
Barrio social para mujeres solas
con hijos a su cargo
2007 - ACTIVO
La ONG YAMUNA se ha convertido en un referente en lo que se refiere al apoyo y escucha a las personas víctimas de violencia machista dentro de la comunidad donde se llevan a cabo los proyectos.
El BARRIO SOCIAL PARA MUJERES de Antombonona acoge 16 hogares que se construyeron en 2007 y que se han ido manteniendo y mejorando a lo largo de los años, así como sus instalaciones, aseos, duchas, terrenos agrícolas y gallineros. Tienen pozos, electricidad y guardias que vigilan el recinto por la noche.
Desde 2007 a 2017, 80 familias han pasado por este barrio. Originalmente residían durante 2 años hasta estabilizar su situación. Desde 2017 nos hemos centrado en la acogida de mujeres víctimas de violencia machista, las que lo necesitan residen permanentemente.
Las mujeres que viven allí han podido tejer entre ellas una red de solidaridad y ayuda. YAMUNA presta las instalaciones, ayuda a las mujeres a mantenerlas y paga la electricidad y el sueldo de los guardias. Las mujeres colaboran con un pequeño alquiler social.
Actualmente en este barrio social viven cerca de 40 personas.
Para tener derecho a una vivienda en Antombonona, se estudia cada caso para valorar las necesidades y darle el soporte específico. Las familias pueden decidir quedarse temporal o definitivamente, en función de su situación personal y de las posibilidades de apoyo familiar del que disfrutaban antes de trasladarse.
A finales de 2021, gracias a la ayuda recibida de un donante internacional, se pudieron arreglar 4 viviendas para acoger a nuevas familias, se cerraron las cocinas exteriores y se instalaron altillos interiores para aumentar la superficie útil de las casas.
Durante el confinamiento debido al covid19, colaboramos con el Ministerio de la Población y UNICEF para dar salida a personas que vivían en la calle. Se pusieron a disposición de familias monoparentales con un miembro de la familia en situación de discapacidad una vivienda, una parcela agrícola, un gallinero y apoyo sociosanitario para dar un vuelco a su vida y a la de sus hijas e hijos.
TESTIMONIO
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Mme. Voahirana, tiene 37 años, es madre soltera con una discapacidad física, vive en el barrio social y comparte con nosotros su testimonio:
“Nuestras vidas han cambiado realmente durante el último año desde que vivimos en Antombonana. El barrio está muy cerca del centro del pueblo y, dada mi discapacidad física, esto es importante para mí, ya que al estar más cerca del autobús es más fácil desplazarme. Vivimos en una casa espaciosa y con una cocina reformada. Tenemos electricidad, agua de pozo y guardias de seguridad durante la noche que vigilan en barrio.
Nuestra vida va mejorando poco a poco. Tener una casa en el barrio nos ayuda realmente a vivir tranquilos. Este sitio es magnífico y valioso para las personas débiles en la sociedad como nosotros. Nuestra vida social aquí es muy buena. Desde que vivimos aquí no nos sentimos solos y tenemos la esperanza de vencer los obstáculos de la vida y colaboramos también con nuestras vecinas.”
PROGRAMA DE SUPORT
A LES DONES
" Desde que tengo trabajo la gente me mira diferente, con respeto. Tener trabajo es lo mejor que me ha pasado..."
Inserción socio-laboral de mujeres
2005 - ACTIVO
A lo largo de los años se han mantenido diversos proyectos para impulsar Actividades Generadoras de Recursos para facilitar que mujeres en situación de riesgo encuentren su autonomía y puedan tirar adelante sus familias.
En 2005, iniciamos el proyecto GRANJA-ESCUELA, que ofrecía cursos de formación profesional a mujeres para darles la oportunidad de trabajar en mejores condiciones, generar los recursos necesarios para tirar adelante la familia y mejorar sus expectativas de futuro. La realidad en la que viven las mujeres malgaches las margina totalmente; la falta de estudios y de formación les impide conseguir una estabilidad laboral. La mayoría de ellas son jornaleras y alimentan a las criaturas si han tenido la suerte de trabajar y ganar un jornal, lavando ropa, cargando tochos, etc.
El proyecto de capacitación lo centramos en agricultura ecológica, artesanía y costura, si bien podían elegir la formación y algunas se decantaron por cocina, peluquería, repostería, etc.
Para dar salida a aquellas mujeres que no encontraron oportunidades laborales una vez finalizado el programa, YAMUNA impulsó la creación de una cooperativa de mujeres, a la que ellas mismas llamaron VEHIVAVY MIHAVOTRA (mujeres que luchan por un cambio). La cooperativa les permitió ampliar sus posibilidades productivas, sobre todo en los casos en los que están solas y toda la familia depende exclusivamente de sus ingresos. Actualmente, YAMUNA actúa como cliente de la cooperativa y la venta de los productos se destina al funcionamiento de los proyectos.
La rama agrícola cuenta con una formadora local, Mme. Edline, firme defensora del movimiento internacional SLOW FOOD, que lucha para prevenir la desaparición de culturas y tradiciones alimentarias locales, cultivando sin pesticidas ni productos químicos.
El equipo de la ONG local TSINJO forma parte del programa de inserción socio-laboral de mujeres. De los 40 trabajadores que actualmente lo forman, 15 mujeres llegaron a YAMUNA como beneficiarias por su situación de tremenda precariedad, pero su motivación y determinación facilitaron su incorporación al equipo local.
Más de un centenar de familias han pasado por este programa y han estabilizado su situación laboral y social, repercutiendo en el bienestar de sus hijos e hijas. Otras, desgraciadamente, de han quedado por el camino… la situación de partida muchas veces es tan adversas que no es evidente que puedan darle la vuelta.
Mme. Hélène es madre soltera de 5 hijos de entre 14 y 21 años. Ahora tiene 53 años. Trabaja limpiando las instalaciones de YAMUNA. Llevaba muchos años viviendo en la calle con sus 4 hijos cuando la ONG Sentinelles la recogió y la derivó a YAMUNA. La quinta hija nació después. Formó parte del programa de reinserción socio-laboral de mujeres entre el 2005 y el 2007, cuando fue contratada por la propia ONG.
Mme. Hélène es madre soltera de 5 hijos de entre 14 y 21 años. Ahora tiene 53 años. Trabaja limpiando las instalaciones de YAMUNA.
Llevaba muchos años viviendo en la calle con sus 4 hijos cuando la ONG Sentinelles la recogió y la derivó a YAMUNA. La quinta hija nació después. Formó parte del programa de reinserción socio-laboral de mujeres entre el 2005 y el 2007, cuando fue contratada por la propia ONG.
“La diferencia entre mi vida anterior y la actual es muy grande por muchos motivos. Para mí, el más importante de todos es que finalmente tengo mi sitio en la sociedad. Desde que tengo trabajo, la gente me mira diferente, con respeto. Tener trabajo es lo mejor que me ha pasado… la vida en la calle es muy dura, muy difícil, no sabes nunca qué pasará, cómo acabará el día… y los niños… es muy difícil. Después de tantos años deseando tener un trabajo estable y remunerado, finalmente lo conseguí. A partir de entonces, nuestra vida cambió. Me di cuenta de que yo podía ser útil para mis hijos, gracias a mi trabajo, mis hijos pueden tener una vida mejor. Ya no me he de preocupar por su salud ni por su educación. Ahora toda la familia tenemos cobertura sanitaria y yo las vacaciones pagadas… además, podré tener una pensión cuando sea vieja. Todo ha cambiado desde que YAMUNA me contrató, la vida en la calle es muy difícil.”
Cooperativa de mujeres
2010 - ACTIVO
Este proyecto se puso en marcha en noviembre de 2010 para ayudar a madres de familia sin formación, en situación de pobreza extrema y con hijos a su cargo. La posibilidad de contar con una estabilidad laboral mediante un puesto de trabajo digno les permite conseguir la autonomía familiar y la crianza de sus hijos, en un entorno donde se añade una fuerte discriminación de género.
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YAMUNA impulsó la creación de una cooperativa de mujeres llamada VEHIVAVY MIHAVOTRA (mujeres que luchan por un cambio), con el objetivo de ampliar las posibilidades productivas de las mujeres, sobre todo en los casos en los que están solas y toda la familia depende exclusivamente de sus ingresos. Las socias que forman parte aumentan su calidad de vida y la de sus hijos e hijas. Existen tres filiales: agricultura, artesanía y costura. Más de 80 mujeres han formado parte de la cooperativa durante estos años.
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Actualmente, YAMUNA actúa como cliente de la cooperativa, cede el taller donde ellas se pueden encontrar para trabajar juntas y un show room, punto de venta y de exposición de sus productos.
Desde 2018, trabajan por su cuenta y nosotros les hacemos pedidos de forma regular. La venta de sus productos en la sede de YAMUNA en Barcelona se destina íntegramente al resto de proyectos que se llevan a cabo en Madagascar.